Después de dos días absolutamente necesarios para que se nos pasase la resaca ya estamos listas para contaros como fue el viernes la primera gran fiesta de periodismo.
Con una palabra basta: perfecta.
El lugar elegido, Casablanca, genial. El tiempo, el adecuado: calor pero sin un sol achicharrante. La gente: la mejor.
El día comenzó con el discurso de inauguración de nuestros delegados: ambos perfectos como siempre pero cada uno con su toque personal: el de Lucía más profundo y emotivo, el de Pedro, con esa pose de corrección y rectitud que le caracteriza con la que es capaz de decir las mayores payasadas del mundo.
A continuación hablaron nuestros dos profesores de géneros: Bardají y Daniel Cabrera, y el coordinador del grado de periodismo. Los tres fueron breves y expresaron su entusiasmo por formar parte de los inicios de esta carrera en Zaragoza.
Con una palabra basta: perfecta.
El lugar elegido, Casablanca, genial. El tiempo, el adecuado: calor pero sin un sol achicharrante. La gente: la mejor.
El día comenzó con el discurso de inauguración de nuestros delegados: ambos perfectos como siempre pero cada uno con su toque personal: el de Lucía más profundo y emotivo, el de Pedro, con esa pose de corrección y rectitud que le caracteriza con la que es capaz de decir las mayores payasadas del mundo.
A continuación hablaron nuestros dos profesores de géneros: Bardají y Daniel Cabrera, y el coordinador del grado de periodismo. Los tres fueron breves y expresaron su entusiasmo por formar parte de los inicios de esta carrera en Zaragoza.
Después un descanso mientras Daniel empezaba a cocinar a la pobre manchitas, una ternera que según él había cumplido su misión en la vida: alimentarnos, pero que yo estoy segura de que a la pobre le traía sin cuidado que una panda de aspirantes a periodistas tuviese algo que celebrar.
Para que el día fuese algo especial, y no un simple botellón como muchas otras fiestas universitarias, participaron los 3 periodistas de los que hablamos el otro día: Ana Segura, Camino Ibarz y Viriato Monterde. Los tres nos contaron sus inicios y nos animaron a estar en constante movimiento buscando prácticas de cualquier tipo, a ser insistentes por hacer lo que queramos y a probar todo tipo de periodismo antes de decidir el que más nos guste. Se extendieron más de lo planeado y sin embargo no aburrieron a nadie porque todo lo que dijeron resultó enriquecedor e interesante. Lo único que no nos gustó: que nos confirmaron que seremos mileuristas el resto de nuestras vidas.
Bueno hubo un personaje que si que se aburrió un pelín y tuvo que abandonar la sala porque le esperaban en una partida de mus, pero gracias a él comprendimos que las personas que salían en una diapositiva no estaban muertas, si no dormidas!!! ¡¡Qué gran aportación! Por no mencionar su grandioso chiste!!!!!: “¿qué es una sorpresa? ¡¡¡una monja en la cárcel!!!” (por si alguien no lo comprendiese…Sor Presa…)
Y por fin con el estómago sonando desde hacía rato… llegó la hora de conocer a la gran protagonista del día: Manchitas!!! Y Manchitas se portó: estaba buenísima (algo tiene que ver la mano del cocinero). Y así, acompañados de sangría, calimocho y cerveza para dar y regalar pasamos una tarde genial y relajada. Quien quiso jugando a fútbol o baloncesto mientras los demás contábamos chistes estúpidos e intentábamos persuadir a Daniel de que nos subiese la nota del examen (y de que buscase prácticas a un personaje que las necesita urgentemente).
Y por la noche…Deja Vu!! Al principio los periodistas éramos casi los únicos del bar, pero no hacía falta nadie más. Vinieron también profesores que nos demostraron su gusto por los mojitos y sus escasas habilidades para el baile pero que fueron una parte importante de la noche.
Y a partir de aquí..., lo siento: hay lagunas. Mucha felicidad, mucha exaltación de la amistad, muchas fotos y en general muchas risas y mucho bailes. ¿Qué más se puede pedir?
Lo único negativo: que faltó gente a la que se hecho de menos.
Próximo objetivo: que la del año que viene sea aún mejor, pero será complicado.
Y a partir de aquí..., lo siento: hay lagunas. Mucha felicidad, mucha exaltación de la amistad, muchas fotos y en general muchas risas y mucho bailes. ¿Qué más se puede pedir?
Lo único negativo: que faltó gente a la que se hecho de menos.
Próximo objetivo: que la del año que viene sea aún mejor, pero será complicado.
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